“No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día” (Pr 27:1).
Existe un cuento “la lechera”, el cual narra de una mujer lechera que llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada, y caminaba hacia su casa soñando despierta. Como esta leche es muy buena, -se decía- dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero me compraré un canasto de huevos y en cuatro días tendré la granja llena de pollitos, cuando crezcan los venderé a muy buen precio, con el dinero ganado me compraré un vestido que todas las chicas del barrio se morirán de envidia, lo estrenaré el día de la fiesta y me veré tan guapa que seguro el hijo del molinero querrá bailar conmigo, pero me haré la rogada y le diré que no, en eso movió su cabeza para decir que no…y “flaaa” el cubo de leche quedo tendido en el suelo, quedándose sin nada, sin mantequilla, huevos, pollitos, vestido, pretendiente!!! Sin la blanca leche que le había incitado a soñar. La Lechera planifico en un instante su vida con un cubo de leche en la cabeza, fue una vivencia tan real que aún despierta el movimiento de su cabeza hizo que la leche se derramara, y con ello sus planes y sueños. ¿A cuántos no nos ha pasado como esta historia? Planeamos y después como la canción “todo se derrumbó”. El soñar y planificar para alcanzar metas y objetivos no es malo, al contrario, Dios nos llama a ser buenos mayordomos, el peligro de ello es no incluir en esos planes a Dios ni su voluntad en el día a día, planee con anticipación, pero dependa de Dios para cada paso. El apóstol Santiago 4:13-17, exhorta a la persona orgullosa que dicen “yo puedo planear mi futuro sin Dios” . Él se ríe de los que planean un año por anticipado sin confiar en Dios. Santiago dice: “¿qué es vuestra vida? Ciertamente es una neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (v.14). La planificación es de sabios. Lo observamos en toda la creación, al igual que en el Plan de salvación y vida eterna a través de Jesucristo. Los creyentes sabios son como Dios; hacen planes con anticipación. No se preocupan por el mañana (Mt 6:25-34). Pero se preparan para el futuro, dependiendo de Dios. Oración: Señor perdóname si he agendado mi vida, sin meterte a ti en ella, necesito depender de ti cada día, y tomar el consejo de tu palabra de planificar mi vida junto a ti y en tu voluntad. En el nombre de Jesús. Amén. - Alicia Molina
1 Comentario
10/6/2020 06:32:44 am
Sí esta muchacha lo único que no tenía 1 Oración y 2 no tenía a Dios, para Realizarlo. y 3 como no tenía a Dios no le pidió a Dios la Sabiduría para hacer su sueño hecho realidad. Y más de una persona hace planes para los años pero sé les olvida a que la vida es prestada no es de uno y mucho menos nuestras alma sólo tiene un dueño es Jehová y Señor del universo.
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AutorEQUIPO PASTORAL, MINISTERIOS COSECHA INTERNACIONAL Archivos
Marzo 2021
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