No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen y donde ladrones minan y hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:19
Mi abuelita cuidaba una vajilla hermosísima como su tesoro, no permitía que nadie comiera en ella, la limpiaba con un cuidado, el que pasaba admiraba el “trinchante” y la vajilla impecable dentro de él, esto la hacía codiciable, que muchos pensaban ¡cuando ella se muera me tocará a mí! La persona que la heredo no valoró el tan preciado tesoro de la abuela y la termino quebrando en un momento de enojo. El tesoro de la abuela no se lo pudo llevar, aquí se quedó, y lo que despertó fue envidia y deseos de muerte para ella. Esto solo es un pequeño ejemplo, nuestra vida debe estar llena de actos que despierten a las demás personas deseos de buscar de Dios. Jesús nos exhorta a preocuparnos y ocuparnos por atesorar lo que no que nadie nos puede robar, es por ello que hace esta metáfora de buscar las cosas del reino de Dios como es la palabra, la cual no será hurtada mientras la atesoremos y blindemos en nuestro corazón, así como la oración, los actos de servicio a los demás, el ser una persona agradable, amable, respetuosa, generosa, con una fe inquebrantable, temerosa a Dios, entre otros. Siempre en la línea de honrar a Dios, sin dejarse crédito alguno. Autoevaluemos y observemos cual es el tesoro que tenemos, porque sea cual sea en ello estará nuestra fuerza, ánimo y nuestro corazón. Gracias Señor por tu amor, tu fidelidad ayúdame a ser cuidadosa con lo que atesoro en mi corazón y no ponerle mente a lo que no perdura en la eternidad. Amén - ALICIA MOLINA
2 Comentarios
Hoy quiero hablarles del León, no precisamente del que ruge en el Morera Soto, ni tampoco del feroz y mechudo “rey de la selva”, sino del majestuoso León de la Tribu de Juda, el cual ruge al rescate de las almas perdidas y defiende a su pueblo, el cual no conoce derrota, porque es el vencedor.
En Apocalipsis 5, el apóstol Juan menciona sobre su reacción de llanto, dolor y desesperación, al observar que no había nadie en los cielos y la tierra que pudiera abrir el libro y desatar sus sellos. Mas fue consolado por uno de los ancianos quien le dijo: No llores “He aquí que el León de la Tribu de Judá, la raíz de David, ¡ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos! Este libro, sellado con siete sellos, contiene el plan de Dios para la humanidad. El derecho de abrir el libro pertenece al Cordero de Dios, que es el León de la tribu de Juda. En otras palabras, la revelación del plan de Dios pertenece exclusivamente a Jesucristo, porque él se dio a si mismo en sacrificio para salvar la humanidad. Amado (a) lector (a), sequemos nuestras lágrimas, porque, aunque estemos viviendo una situación de desesperanza, de opresión y de inestabilidad emocional y física por los diferentes ataques del enemigo en contra nuestra, nuestra familia y bienes, recordemos que hay esperanza para el mundo en Jesucristo, para nuestra alma, y nuestro ser. El plan que Dios tiene para tu vida en Jesucristo fue, es y será cumplido, ¡Él ha vencido!, y nosotros juntamente con él, porque el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, se presenta también como león, que no dejará huir a su presa y que te defiende en el día de la angustia, ni el León de Narnia semeja la hermosura y majestad que tiene Jesús, su rugido se escucha en la guarida del diablo y sus demonios, porque el vino a avergonzar las obras de los principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este siglo, las huestes espirituales de maldad, en las regiones celestes. ¡Así que no te asustes si escuchas el rugido de León de la Tribu de Juda! porque es la voz de Jehová desatando su poderío en defensa de sus hijos y su pueblo. Dios gracias porque hay un plan y propósito de ti para mí y la humanidad, que se nos muestra a través de Jesús el León de la Tribu de Juda. - ALICIA MOLINA |
Details
AutorEQUIPO PASTORAL, MINISTERIOS COSECHA INTERNACIONAL Archivos
Marzo 2021
Categorías |